Oboe, calidez y expresividad

El oboe es un instrumento con un timbre único con un carácter cálido y una vibración característica que se acerca a lo melancólico.

Tiene un sonido muy característico y expresivo, en gran parte gracias a su diseño y al uso de una caña doble como boquilla que, al vibrar entre sí cuando el músico sopla, produce el sonido que distingue al oboe sobre otros instrumentos de la orquesta.

Su sonido es más penetrante que la flauta o la trompa, y su tono claro y estable permanece constante a pesar de los cambios en la temperatura o la humedad, una característica solo comparable con la estabilidad del piano.

El oboe tal como lo conocemos hoy es un diseño de 1870 y se usa preferentemente para las tesituras medias, ya que los sonidos más agudos resultan débiles y apagados, y los sonidos más graves resultan demasiado vibrantes.

 

Su excelente capacidad para transmitir una amplia gama de emociones se ha usado por grandes compositores como Wagner en Parsifal o Tristan e Isolda. El compositor alemán apreciaba el oboe por su capacidad para expresar delicadeza y lirismo, cualidades esenciales en sus óperas, donde el peso emocional de cada escena era fundamental.

Otro compositor destacado en el uso del oboe es Mozart con su concierto para oboe en Do mayor, K. 314 una obra considerada la más importante dedicada al instrumento como solista.